Para garantizar que nuestros procesos de recuperación de la salud vayan por buen camino y surtan los efectos deseados, precisamos cuidar el bien más preciado que tenemos: nuestra energía vital. Una persona agotada, constantemente agobiada y estresada, en hiperactividad, con alimentación e hidratación inapropiadas, pensamientos densos, sobrecarga de responsabilidades, etc, tendrá menos probabilidades de crear condiciones para un bienestar integral y duradero.
Por eso el camino del bienestar y la salud es un camino CONSCIENTE, donde identificamos e intervenimos todo aquello que puede afectar nuestra vitalidad. Algunos tips importantes:
- Estar atento a todo aquello que puede funcionar como «una fuga de energía» : relaciones dañinas, conversaciones muy negativas, ruido excesivo, sobrellevar cargas ajenas, exceso de exposición a pantallas, ausencia de contacto con la naturaleza… ¿Qué te drena tu energía a ti, particularmente?
- Elegir conscientemente modificar estos aspectos, aunque al inicio te genere culpa o cause conflicto en el entorno (todo cambio puede generar incomodidad en nosotros y en los demás al principio). Persiste en tu propósito.
- Elige nuevos estímulos para revitalizarte: alimentos más naturales, mayor contacto con la naturaleza, lecturas estimulantes, sonidos terapéuticos, música agradable para ti, conversaciones amorosas o inspiradoras, cercanía a personas que alivien tu corazón, no que lo abrumen…
- Reserva tiempo para hacer cosas que te encanten a ti, solo por el hecho de hacerlas, aunque no recibas una remuneración por ellas. La mayor remuneración es pasar tiempo de calidad contigo mismo(a) y darte espacio para expresar distintas facetas de tu interioridad.
- Cuida tu espacio de sueño y de descanso. Hazlo sagrado, busca ayuda si es necesario y crea tus hábitos saludables para el buen dormir.
