Una propuesta interesante para abordar nuestras situaciones estresantes es tener en cuenta el FENÓMENO DE LA COMPLEMENTARIEDAD.
Este concepto propone que el mundo externo y «el otro» pueden poner en manifiesto aquellos aspectos humanos que no hemos integrado en nuestro interior, que no aceptamos, que juzgamos, que desconocemos, reprimimos o rechazamos. Los vemos como si fueran la «polaridad opuesta» a lo que consideramos que somos nosotros. Nos pueden generar molestia, estrés, animadversión, aversión, rabia y una diversa gama de juicios.
Ver estos aspectos de alguna manera afuera de nosotros mismos, nos permite por fin darnos cuenta que existen. Permiten ver si estamos ubicados en un extremo o en otro de ese comportamiento o actitud, y nos brindan la oportunidad de replantearnos nuestra percepción, preguntándonos qué información puede darnos acerca de nosotros mismos aquello que juzgamos, rechazamos y contradecimos, sobre todo si lo hacemos de manera muy radical y apasionada.
Cariñosamente les propongo que nos hagamos las siguientes preguntas:
- ¿Qué pudo haber pensado el otro para actuar o hablar como lo hizo?
- ¿En el fondo, para qué lo hace o lo dice? ¿Qué necesidad busca llenar?
- ¿Qué puedo observar que él/ella tiene en común conmigo?
- ¿Cuándo hago yo algo similar… y me juzgo por ello?
- O por el contrario… ¿Cuándo no me permito actuar/hablar así y podría ser en algún grado necesario para mi bienestar?
Con mi abrazo,
Dorian 👋🏻
